Son
numerosas las formas de contaminación y los problemas ambientales que los seres
humanos estamos provocando desde los inicios de la revolución industrial y, muy
en particular, desde la segunda mitad del siglo pasado. Una contaminación sin
fronteras asociada a todas las actividades humanas y que, junto a otros graves
problemas, está degradando todos los ecosistemas y contribuyendo a un cambio
climático cuyas consecuencias estamos viviendo ya. Los costes de esta
degradación ambiental no se han tomado en consideración hasta recientemente,
pero se empieza a comprender que deben ser incorporados en la evaluación de
cualquier proyecto; no se pueden “externalizar”, como se viene haciendo, porque
resulta absolutamente insostenible. Y, lo que es más importante, es preciso
estudiar las causas de esta degradación para evitarla, combatirla y proceder a
la recuperación ambiental para hacer posible un futuro sostenible.
Otro
de los sectores que más contaminación ambiental puede llegar a producir es la
ganadería, a la que es necesario destinar grandes territorios de cultivo para
alimentar al ganado. Si nuestra dieta sustituye productos de origen animal por
otros como las legumbres o los frutos secos (ricos en proteínas), reduciremos
considerablemente la contaminación ambiental causada por la ganadería. No es
necesario optar por una dieta íntegramente vegana. Aunque el impacto sería
todavía mayor, si simplemente reducimos el consumo de carne a dos días a la
semana ya estaremos consiguiendo un impacto muy importante para el medio
ambiente.
Finalmente,
otro de los aspectos que tenemos que tener en cuenta es que gran parte de la
contaminación ambiental que sufrimos se deriva de un estilo de vida consumista.
Si, por el contrario, optamos por un estilo de vida más sostenible y
autosuficiente, reduciremos parte de la contaminación ambiental derivada del
consumismo actual. En este sentido, pensar dos veces las cosas antes de
realizar una compra, alargar la vida útil de los productos como la ropa o la
tecnología, comprar en tiendas y mercados de segunda mano, o simplemente
comprender que no necesitamos muchas de las cosas que compramos por inercia,
nos ayudarán a reducir la contaminación ambiental del planeta y, además,
también nos permitirán ahorrar mucho dinero.
Cómo evitar la contaminación y reducir?
Consumo
de productos ecológicos:
¿Qué
más podemos hacer para evitar la contaminación del medio ambiente? Pues,
pasarnos a los productos ecológicos.
Los
productos ecológicos son todos aquellos que se producen respetando el medio
ambiente. Es decir, sin introducir elementos químicos en los mismos productos
ni en el entorno en donde se producen. Podemos encontrar desde productos de
alimentación a cosmética, productos de limpieza para el hogar, moda o calzado.
Escogiendo este tipo de productos conseguimos reducir el impacto que nuestro
consumo tiene en el medio ambiente.
Consumo
de productos locales:
Por
otro lado, es muy importante decantarse por productos locales o de cercanía. El
transporte de los productos conlleva grandes emisiones de gases de efecto
invernadero. De esta manera, decantándose por productos locales o de cercanía,
evitamos que dichos productos hayan tenido que recorrer grandes distancias
hasta el momento en el que llegan al consumidor.
Dieta
basada en vegetales:
Otro
de los sectores que más contaminación ambiental puede llegar a producir es la
ganadería, a la que es necesario destinar grandes territorios de cultivo para
alimentar al ganado. Si nuestra dieta sustituye productos de origen animal por
otros como las legumbres o los frutos secos (ricos en proteínas), reduciremos
considerablemente la contaminación ambiental causada por la ganadería. No es
necesario optar por una dieta íntegramente vegana. Aunque el impacto sería
todavía mayor, si simplemente reducimos el consumo de carne a dos días a la
semana ya estaremos consiguiendo un impacto muy importante para el medio
ambiente.
Reutilizar
y reciclar:
Por
supuesto, otra forma de reducir y evitar la contaminación ambiental es poner en
marcha las 3R de la ecología: Reducir, Reutilizar y Reciclar, tanto por parte
de los gobiernos como en las escuelas, los lugares de trabajo y cada uno en su
hogar. Los tres aspectos son pilares para lograr controlar y reducir el
problema de la contaminación en el mundo.
Reducir
el consumo:
Finalmente,
otro de los aspectos que tenemos que tener en cuenta es que gran parte de la
contaminación ambiental que sufrimos se deriva de un estilo de vida consumista.
Si, por el contrario, optamos por un estilo de vida más sostenible y
autosuficiente, reduciremos parte de la contaminación ambiental derivada del
consumismo actual. En este sentido, pensar dos veces las cosas antes de
realizar una compra, alargar la vida útil de los productos como la ropa o la
tecnología, comprar en tiendas y mercados de segunda mano, o simplemente
comprender que no necesitamos muchas de las cosas que compramos por inercia,
nos ayudarán a reducir la contaminación ambiental del planeta y, además,
también nos permitirán ahorrar mucho dinero.



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